Tocando el cielo: Dembélé, Balón de Oro
Ousmane Dembélé ha alcanzado la cima del fútbol mundial al ser galardonado con el Balón de Oro, superando a figuras como Lamine Yamal y Vitinha, en una temporada que quedará para la historia
A sus 28 años, el delantero francés ha protagonizado una de las historias de redención más impresionantes del deporte. Tras su millonario fichaje por el FC Barcelona más de 100 millones de euros, las expectativas eran altísimas. Sin embargo, su paso por el club culé estuvo marcado por las lesiones, la irregularidad y la polémica, hasta su salida por la puerta de atrás hace dos temporadas.
Su destino fue el Paris Saint-Germain, equipo que acababa de perder a su máxima figura, Kylian Mbappé, y buscaba un nuevo referente para mantenerse competitivo en la élite europea. Pocos esperaban que Dembélé fuera ese líder.
En sus inicios, Dembélé deslumbró en el Stade Rennais con apenas 17 años, antes de brillar en el Borussia Dortmund y luego en el Barça. Pero su carrera parecía ir en picada. Las lesiones constantes y el peso de su traspaso lo convirtieron en blanco de críticas. Muchos lo daban por “retirado”.
La temporada 2024/25 lo cambió todo. Con el respaldo de Luis Enrique, el francés firmó su mejor campaña como profesional: 35 goles y 16 asistencias en 53 partidos. Más allá de las cifras, se convirtió en un líder dentro y fuera del campo. Dejó atrás su fama de jugador individualista para convertirse en el motor del PSG.
Con él como figura, el club parisino conquistó su primera Champions League, con una contundente victoria 5-0 sobre el Inter de Milán en la final. Además, alcanzaron la final del Mundial de Clubes, cayendo ante el Chelsea.
El premio al mejor jugador del mundo no solo reconoce su rendimiento, sino también su resiliencia. Durante años fue criticado, cuestionado, incluso olvidado. Hoy, Dembélé es un símbolo de superación.
Al recibir el Balón de Oro, lo hizo acompañado por su madre y su mejor amigo. Su mensaje fue claro y emotivo: “Nunca olvides a quienes estuvieron contigo en los peores momentos, porque en los buenos ratos, siempre están todos”.
